Tipos de quesos: Un recorrido por la variedad y el sabor
Quesos frescos: Suavidad y delicadeza
Los quesos frescos son suaves, cremosos y con un sabor delicado. Se consumen poco después de su elaboración, sin curación, lo que mantiene su frescura. Ejemplos de quesos frescos son el queso de cabra fresco y el requesón. Son perfectos para acompañar ensaladas, pan o comer solos.
Quesos curados: Sabor intenso y textura firme
El queso curado tiene un sabor más fuerte y una textura más densa. Estos quesos se maduran durante semanas o meses, lo que les otorga una mayor complejidad. Algunos de los más conocidos son el Manchego, Idiazábal y Pecorino.
Quesos azules: Sabores intensos y característicos
Los quesos azules son conocidos por las vetas de moho azul que atraviesan su interior. Estos quesos tienen un sabor fuerte, ideal para los amantes de sabores más intensos. El Roquefort, Gorgonzola y Stilton son perfectos ejemplos de quesos azules.
Quesos semicurados: Equilibrio entre suavidad y fuerza
El queso semicurado tiene un sabor intermedio entre el suave y el curado. No tiene el sabor tan fuerte de un queso curado, pero es más intenso que los frescos. Cabrales y Mahón semicurado son opciones perfectas para quienes buscan un queso equilibrado.
Quesos de pasta blanda: Cremosos y delicados
Los quesos de pasta blanda son muy cremosos, con una corteza comestible y un sabor suave. Algunos ejemplos populares son el Brie, Camembert y Rocamadour. Son ideales para acompañar con frutas, pan o incluso en tablas de quesos.
Disfruta de una selección única de quesos en Ongi Etorri Bar
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